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miércoles, 28 de enero de 2015

Ritual para Parejas. Joel F. Bergman.


 Cuando percibo un resentimiento no verbalizado o cuando
el ritual ordenado en la primera sesión no es cumplido, le doy a la
pareja un ritual de anulación.

 Todas las noches (durante las siguientes dos semanas) la pareja
debe encontrarse en un lugar privado, donde no hayan distracciones
ni interrupciones. Durante los primeros cinco minutos, uno de los
cónyuges (casi siempre el que manifiesta un resentimiento explícito), a quien llamaremos cónyuge A, le dirá a B en qué forma lo había ofendido en el pasado. A hablará en primera persona y enumerará, en un tono tranquilo, sin ira y sin culpar al otro, cómo y cuándo sus sentimientos fueron heridos por B. B escuchará en silencio y no responderá hasta que A haya completado su enumeración.

Al terminar los cinco minutos de A, B recitará lo siguiente: "No me
di cuenta de que te sentías herido (o herida), lo lamento y espero
que algún día me perdones". Después de esta declaración, B le dirá
a A, en los cinco minutos siguientes, las ofensas que ha recibido,
después de lo cual A repetirá: "No me di cuenta de que te sentías
herido (o herida), lo lamento y espero que algún día me perdones".

Este ritual tiene diversos efectos. Primero, requiere que los
compañeros se expresen en primera persona y empiecen a verbalizar sus reacciones más íntimas, y que lo hagan frente al otro. Algunas personas necesitan que les den permiso para expresar sus sentimientos.

Segundo, cuando los cónyuges se ven obligados a hablar en
primera persona empiezan a comprender que ellos  deben ser responsables por lo que les pasa. El hecho de hablar en primera persona y de explayarse los ayuda a empezar a salir de la situación de víctimas.

Además, esto siempre implica una reducción implícita del nivel
de acusaciones e insultos en la relación. Algo que hago en mis tratamientos es prohibir las acusaciones y los insultos,, Les explico a las parejas que la ofensa precede a la ira y la ira precede al ataque
y la acusación. Así, los dos integrantes de la pareja se hacen responsables de verbalizar sus resentimientos y su ira antes de que esta última se convierta en acusación o en ataque. A continuación señalo que una vez que la ofensa se ha convertido en ira y ésta en acusación y ataque, el ofendido se retrae inmediatamente y se vuelve sordo a las quejas de su compañero. Cuando hay mucha resistencia a dejar de atacar, le hago notar al cónyuge resistente que la mejor manera de asegurarse de que será escuchado es culpar y atacar. Si esto no resulta, puedo llegar a decirle al atacante que está simplemente repitiendo la forma en que sus padres lo trataron, y que él sabe muy bien cuán penosas y lacerantes esas experiencias fueron para él en el pasado.

Tercero, al hacer que la pareja comparta su lista de ofensas
pasadas durante un período de dos semanas, el ritual les aporta importante información, a) Cada uno se entera de cómo su conducta afectó e hirió al otro; b) si uno de los dos ha "almacenado" rencores, tiene la oportunidad y el tiempo necesarios para empezar a "descargarse"; c) los cónyuges se dan cuenta de que pueden verbalizar sus ofensas, se dan cuenta de cómo participaron en ellas, hablan del tema y perdonan.

Es muy frecuente que a los cónyuges les sorprenda enterarse
de cuáles fueron los comportamientos que hirieron u ofendieron
a su compañero. De este modo, el ritual ayuda también a compartir
la información, creando una situación eh la cual cada uno toma
conciencia de las susceptibilidades del otro. A veces les pido a los
esposos que anoten sus listas de rencores y las lleven a la sesión si
 guíente. Estas listas proporcionan un rico material para continuar
trabajando. Si son capaces de confeccionar sus listas, pero incapaces de cumplir con el ritual del perdón, les sugiero que lo lleven a cabo en la sesión misma, donde se sienten más seguros. 

Mientras la pareja cumple con el ritual de la sesión, los estimulo a hablar y comunicarse sus sentimientos más íntimos usando siempre la primera persona, el yo. Las parejas necesitan pensar y verbalizar en primera persona del singular, decir "yo1 ', porque la mayoría de las personas "no entrenadas" parecen tener Una fuerte tendencia a
atacar a las personas que visualizan como peligrosas. Hasta el autor, que desde hace años enseña a sus pacientes a usar el "yo", suele cometer algún desliz y caer en un ataque. Usar el "yo" requiere práctica, y hay que decírselo a los pacientes.

Cuarto, el ritual le brinda a la pareja una oportunidad de apreciar
ios beneficios de ponerse en contacto con el otro, y señala que
hace falta un foro en la relación para que los dos integrantes de la
pareja puedan sentarse y discutir.

Muchos son los beneficios que proporciona este ritual, y de
hecho las parejas adoptan diferentes aspectos del mismo y usan lo
que consideran útil para ellas. Para el terapeuta, el ritual es un
medio poderoso y concreto de iniciar el "proceso de apertura"
necesario para trabajar con parejas resentidas.

Este es uno de los rituales que aparece en el libro de  Joel F. Bergman. Pescando Barracudas. Pragmática de la Terapia Sistémica Breve. 1985. Nueva York. 

martes, 12 de marzo de 2013

Maravillarse por las cosas

Hemos olvidado lo maravillosas que son las cosas, volvamos a vivir el presente, a ser niños otra vez.

Cuándo nos maravillamos por lo que vemos la mente se relaja, se oxigena y se expande; cómo cuando admiramos una obra de arte o estamos de vacaciones.

De niños lo hacíamos cada día, solo hay que recordar.

Aquí os dejo un vídeo en el que una niña ve llegar un tren:

VER VÍDEO

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
Tel. 671782032
www.psicologogijon.com

miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Qué es el coaching?


La Cueva de Platón

La alegoría de la Caverna de Platón cuenta la historia de unos hombres que vivían recluidos dentro de una caverna, sin poderse mover y condenados a mirar siempre las paredes. Para ellos, no existía nada más que las sombras que veían reflejadas en los muros, producidas por un gran fuego situado en la entrada. Según expone Platón, si alguno de ellos fuese liberado y pudiese ver lo que había fuera de la caverna y decidiese volver para contarlo, el resto de prisioneros no le creerían e incluso querrían matarlo. Esta metáfora apunta las claves de la actitud de un coach, un profesional que trabaja para que cada uno vaya más allá de las limitaciones que se impone y realice todo su potencial. El coach es consciente de estar dentro de la caverna y esto le permite salir y entrar para mostrar que el mundo de las sombras es simplemente una pequeña parte. El coach asume el compromiso de acompañar al prisionero fuera de la caverna, para que este pueda ver lo que le impedían las ataduras.

A medio camino entre la psicología y la terapia, el coaching o proceso de entrenamiento personalizado nació hace ya más de 10 años en Estados Unidos y en algunos países de Europa. Es una técnica de crecimiento y desarrollo personal que, mediante sencillos ejercicios, intenta cubrir el vacío existente entre lo que eres ahora y lo que quieres ser, despertando la motivación para evolucionar y ser lo mejor posible. Parte de la premisa de que la propia persona tiene los recursos necesarios para su desarrollo tanto profesional, como personal. Como se necesita un entrenador para aprender un deporte y desenvolverlo con habilidad, el coach nos ayuda para alcanzar metas en el trabajo y en nuestra vida privada, liberando nuestro talento. Los expertos afirman que el coaching no es sólo una herramienta para la gestión, sino una forma de ser y hacer en la vida cotidiana.

Aunque en este país aún es poco conocido, cada vez son más las empresas y los particulares que, siguiendo los pasos de los norte-americanos, contratan los servicios de un o una coach para conseguir alcanzar unos objetivos o resolver ciertos problemas, sin que sea necesario un largo periodo de tiempo.

Fuente http://coachingin.blogspot.com.es/2006/11/la-cueva-de-platn.html

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
Tel. 671782032
www.psicologogijon.com