martes, 23 de abril de 2013

Terapia de Milton Erickson


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Milton Erickson: “La visión del mundo de cada persona es tan única como sus huellas dactilares. No hay dos personas parecidas. No hay dos personas que entiendan la misma frase de la misma manera… Por lo tanto, al tratar con la gente, intenta no adaptarla a tu idea de como debería ser…”
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Milton Erickson sostenía que los elementos de choque y de sorpresa eran útiles para quebrar disposiciones mentales rígidas. La sorpresa no debía ser suscitada de manera muy artificiosa… Muchas de sus técnicas perseguían mantener e incrementar el interés y la motivación del paciente: para ello lo desafiaba, estimulaba su curiosidad y apelaba al humor.

Milton Erickson:
Una mujer vino a verme y me dijo: “Peso 90 kilos. Hice dieta bajo control médico centenares de veces, con éxito. Quiero bajar a 65 kilos. Cada vez que bajo de peso hasta los 65 kilos, corro a la cocina para celebrar mi triunfo, y ahí mismo me vuelvo a echar kilos encima. Ahora peso 90 kilos. ¿Puede usted ayudarme, mediante la hipnosis, a bajar a 65? Estoy vuelta en 65 kilos, por centésima vez”.
Le dije que sí, que podía ayudarla a reducir peso mediante la hipnosis, pero que a ella no le gustaría lo que yo iba a hacer. Me contestó que quería pesar 65 kilos y que no le importaba lo que yo hiciese. Le dije que para ella sería un poco doloroso. Me contestó: “cualquier cosa que usted diga”.
“Bien”, dije yo. “Quiero que me dé su promesa más absoluta de que seguirá mis consejos al pie de la letra.”
Me lo prometió de inmediato y la puse en estado de trance. Volví a explicarle que a ella no le gustaría mi método para bajar peso. ¿Me prometía finalmente que iba a seguir mis consejos? Así lo hizo.
Entonces le dije: “Haga que presten atención tanto su mente consciente, como su mente inconsciente. Esto es lo que hará: su peso actual es de 90 kilos, yo quiero que aumente 10 kilos más; cuando llegue a pesar 100, en mi balanza, podrá empezar a bajar”
Literalmente me imploró de rodillas que la librara de cumplir su promesa. Y con cada kilo que ganaba se volvía más insistente en que le permitiera empezar a bajar de peso. Cuando llegó a pesar 95 se puso tremendamente afligida y me imploró que la librara de la promesa. Al llegar a 99 me dijo que ya era suficiente, que ya estaba cerca de los 100, pero yo no di mi brazo a torcer: tenía que pesar 100 kilos.
Cuando llegó a los 100 kilos se puso muy contenta de poder empezar a bajar. Y cuando bajó a 65 dijo: “Nunca más voy a aumentar”.
Su pauta había sido bajar de peso y después subir. Yo se la invertí: la hice subir primero y bajar después. Y ella quedó muy satisfecha con el resultado y mantuvo ese peso. No quería padecer nunca más esa horrible agonía de aumentar 10 kilos.

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
Tel. 671782032
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sábado, 13 de abril de 2013

Paul Watzlawick el arte de amargarse la vida


Recomiendo este libro a todos los que estén interesados en el ser humano, en lo impredecible de su conducta, de sus bondades y maldades, inteligencia y aberraciones, lógica y pasiones y especialmente en las paradojas de la vida.
Usted puede llevar una vida con bondades y desdichas, que se reparten de forma aleatoria y más o menos equitativa. Pero el llevar una vida verdaderamente, profundamente amargada, es un arte especial, que usted depura,  refina, cultiva y va desarrollando.
Por ejemplo, si usted se considera normal, pensará que la mayor o menor espera en la cola de un cine, de un aeropuerto o de un supermercado, se reparte de forma más o menos aleatoria; que, cuando va corriendo detrás de un autobús, unas veces logra cogerlo y otras veces no; y que en la vida unas veces se sale usted con la suya y otras no de forma más o menos equivalente.
Ahora bien, si usted piensa que, al pagar la cuenta de un supermercado, se coloca en la fila de la cajera más incompetente o que en el control de policía en un aeropuerto le toca siempre la fila más larga y que, cuando va a coger un autobús, casi siempre se le cierran las puertas ante sus narices y que estas cosas sólo le pasan a usted, entonces usted es un EXCELENTE CLIENTE Y LECTOR de este libro: si realmente usted pretende llevar una vida  amargada, este libro le ayudará a lograrlo, de tal forma que al final  conseguirá depurar y perfeccionar ese arte que sólo pertenece a algunas personas tan superespeciales como usted y que es el ARTE DE AMARGARSE LA VIDA.
Algunos ejemplos:
*    La sublimación del pasado: pensar que todo lo que había antes era mucho mejor que lo que hay ahora, con lo cual usted logra vivir desdichado.
*    "Lo mal que anda este mundo" y que sólo usted puede arreglar.
*    Ser especialmente superprecavido ante cualquier problema, lo cual le garantizará a usted la permanencia de ese problema a lo largo de toda su vida.
*    El autocumplimiento de las profecías. La profecía de un suceso genera el suceso de la profecía. Hable, hable mal de alguien o difunda un bulo que, si hay suficiente gente que lo repita, ese bulo o ficción se transformará en una realidad.
En definitiva, una de las conclusiones a las que llega el autor es que, ante determinados problemas terribles, podemos pensar tranquilamente que la situación es desesperada pero no seria. Estas consideraciones no son muy lejanas a las que yo recibí en mi antigua educación jesuita de un cura inolvidable y sabio que solía decirnos: "Hijos míos, cuando sintáis que las desdichas y los desasosiegos son tantos que os abruman, coged parte de ellos y ofrecédselos al señor."
Libro para leerlo varias veces, meditarlo y guardar.
Fuente: http://www.expansion.com/blogs/itaca/2012/11/30/paul-watzlawick-el-arte-de-amargarse-la.html
Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
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jueves, 14 de marzo de 2013

Los monos y la escalera



Un día, un grupo de científicos metió cinco monos en una habitación donde había un racimo de bananas y la única forma de alcanzarlas era mediante una escalera. El experimento se diseñó de tal forma que cuando uno de los monos subía la escalera para alcanzar una banana, automáticamente el resto de los monos eran bañados con agua helada.


Los monos aprendieron rápido. Para cuando el tercer mono quiso subir la escalera, los otros lo agarraban a patadas antes de que subiera para evitar el castigo del agua. Muy pronto, ninguno se dejó llevar por la tentación de subir y dejaron la escalera en paz.


Pero entonces los científicos cambiaron uno de los monos por otro nuevo, que, obviamente, no sabia nada del agua. Como buen mono, lo primero que hizo fue intentar tomar una banana, pero de inmediato recibió una buena paliza. Los científicos fueron cambiando a los monos hasta reemplazar a todos los originales, y, sin embargo, los nuevos monos seguían sin atreverse a subir la escalera y le pegaban al que se acercara a ella, a pesar de que ninguno de los cinco monos había sido jamás bañado con agua fría.


MORALEJA

Estoy seguro de que este experimento daría los mismos resultados con seres humanos.Hacemos muchas cosas sin saber por qué, simplemente se han hecho así, porque "las cosas son así". Como seres sociales que somos, compartimos una visión del mundo más allá de nuestra mentalidad particular. De nuestros antepasados heredamos prejuicios, sistemas y tradiciones; imitamos casi siempre sin cuestionar su razón. Aquí es cuando dos cabezas no siempre piensan mejor que una, no mientras las dos piensan lo mismo o ni siquiera piensan.
Sara Morís González
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miércoles, 13 de marzo de 2013

Vídeo Felicidad

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Sara Morís González
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martes, 12 de marzo de 2013

Maravillarse por las cosas

Hemos olvidado lo maravillosas que son las cosas, volvamos a vivir el presente, a ser niños otra vez.

Cuándo nos maravillamos por lo que vemos la mente se relaja, se oxigena y se expande; cómo cuando admiramos una obra de arte o estamos de vacaciones.

De niños lo hacíamos cada día, solo hay que recordar.

Aquí os dejo un vídeo en el que una niña ve llegar un tren:

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Sara Morís González
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Frase

Un amigo, una persona que sea verdaderamente comprensiva, que se tome la molestia de escucharnos y considerar nuestros problemas, puede cambiar nuestra vision del mundo. (E. Mayo)

Sara Morís González
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Felicidad


Yo siempre me siento feliz… ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie.
Esperar siempre duele; la vida es corta, por eso ama la vida.
Se feliz y sonríe siempre. Vive sobretodo para ti y recuerda:
Antes de Hablar, Escucha.
Antes de Escribir, Piensa.
Antes de Herir, Siente.
Antes de Odiar,Ama.
Antes de Rendirte, Intenta.
Antes de Morir, VIVE…
William Shakespeare 


Sara Morís González
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lunes, 11 de marzo de 2013

Frase

Inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer.  (J. Piaget)

Sara Morís González
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viernes, 8 de marzo de 2013

¿Qué me estás queriendo decir?

Psicólogo Gijón. Psicólogo en Gijón. Psicología Gijón. Asturias. Terapia Breve. Coaching. Gijón. Psicóloga en gijon asturias. depresión, ir al psicólogo, traumas, alimentación, problemas, ayuda.  Los niveles de contenido y de relación en la comunicación.

Toda comunicación poseerá un contenido (lo que decimos) y una relación ( a quién y cómo se lo decimos) A través de la comunicación, todos podemos expresar nuestra forma de ser y la visión de la relación la otra persona.

Una comunicación no sólo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone una conducta o un comportamiento.

El "nivel de contenido" de un mensaje transmite "INFORMACIÓN".
El "nivel de relación" se refiere a cómo la comunicación sirve para "DEFINIR" el tipo de relación que quiero establecer con mi interlocutor.

Los expertos en computadoras también se enfrentan con estos dos niveles cuando se comunican con un "organismo artificial": Por ejemplo, si una computadora debe multiplicar dos cifras, es necesario "alimentar" esas dos cifras y "dar la orden" de multiplicar. Necesita, por tanto, información (DATOS) e información acerca de esa información (INSTRUCCIONES). Es evidente, que las .instrucciones son de un "tipo lógico" superior al de los datos: constituyen metainformación puesto que son información acerca de información.

En la comunicación humana observamos que esa misma relación existe entre los aspectos de "contenido" y de "relación": el primero transmite los "datos" de la comunicación, y el segundo, "cómo" debe entenderse dicha comunicación.

De la misma manera, toda comunicación implicará un compromiso para el que la recibe, pudiendo rechazar, aceptar o descalificar la comunicación.

Cuanto más espontánea y sana es una relación, más se pierde en el trasfondo el aspecto de la comunicación vinculado con la relación. Las relaciones "enfermas" se caracterizan por una constante lucha acerca de la naturaleza de la relación, mientras que el aspecto de la comunicación vinculado con el contenido se hace cada vez menos importante. La capacidad para metacomunicarse en forma adecuada es indispensable de la comunicación eficaz.

Pongamos un ejemplo: Una pareja en terapia de pareja relató el siguiente episodio. El esposo mientras se encontraba sólo en el hogar, recibió una llamada de larga distancia de un amigo, quien le manifestó que se encontraba en esa ciudad durante unos días. El esposo invitó al amigo a pasar esos días en su casa, sabiendo que ello agradaría a su esposa y que, por lo tanto, ella habría hecho lo mismo. Sin embargo, cuando la esposa regresó se entabló una violenta discusión con respecto a la invitación hecha por el marido. Cuando el problema se examinó en la sesión terapéutica, ambos cónyuges estuvieron de acuerdo en que esa invitación era la cosa más adecuada y natural. Estaban sorprendidos al comprobar que, por un lado, estaban de acuerdo y, sin embargo, "de algún modo" también estaban en desacuerdo con respecto al mismo problema. En realidad, hay dos problemas en esta disputa. Uno se refiere al contenido de las conductas adecuadas en una situación específica: la invitación; otro se refiere a la relación entre los comunicantes -al planteo de quién tenía derecho a tomar la iniciativa sin consultar al otro- y no podía resolverse tan fácilmente, pues presuponía la capacidad del marido y la mujer para hablar acerca de su relación. En su intento de resolver el problema esta pareja cometió un error muy común en su comunicación: Estaban en desacuerdo en el nivel relacionar, pero trataban de resolverlo en el nivel de contenido, donde el desacuerdo no existía, cosa que los conducía a pseudodesacuerdos.

Fuente: Teoría de la Comunicación Humana. Paul Watzlawick, Janet Beavin y D. Jackson.

Sara Morís González
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Frase

Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo.(A. Maslow)

Sara Morís González
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jueves, 7 de marzo de 2013

Frase

El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas; si se produce alguna reacción, ambas se transforman. (Carl Jung)

Sara Morís González
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miércoles, 6 de marzo de 2013

El maestro Zen. Fantasmas.

Aquí os dejo un fragmento del libro Teoría de la Comunicación Humana de Paul Watzlawick, Janet Beavin y D. Jackson. Página 233.

La esposa de un hombre estaba muy enferma. En su lecho de muerte le dice, "¡Te amo demasiado!, no quiero dejarte, y no quiero que me traiciones. Promete que no verás otras mujeres cuando yo muera o volveré para rondarte. 

Durante varios meses después de su muerte el marido evitó a otras mujeres, pero conoció a alguien y se enamoró. En la noche que se comprometieron, el fantasma de su difunta esposa se le apareció. Ella lo acusó de no cumplir con la promesa, y volvió todas las noches para atormentarlo. El fantasma le recordaba todo lo que habían pasado él y su prometida ese día, hasta el punto de repetir, palabra por palabra, las conversaciones que habían tenido. Esto lo trastornó tanto que no pudo dormir nada.
Desesperado buscó el consejo de un maestro Zen que vivía cerca del pueblo.


"Este fantasma es muy listo", dijo el maestro luego de oír la historia del hombre.
"¡Lo es!", contestó el hombre. "Recuerda cada detalle de lo que dije e hice. ¡Lo sabe todo!"
El maestro sonrió. "Deberías admirar a un fantasma así, pero yo te diré que hacer la próxima vez que aparezca." 

Esa noche el fantasma regresó. El hombre hizo exactamente lo que le había dicho el maestro.
"Eres un fantasma muy sabio", dijo, "Sabes que no te puedo esconder nada. Si puedes responderme una pregunta, romperé el compromiso y permaneceré soltero por el resto de mi vida". 

"Haz la pregunta", contestó el fantasma. El hombre sacó un puñado de semillas de una gran mochila que estaba en el piso, "Dime exactamente cuantas semillas tengo en mi mano".
En ese momento el fantasma desapareció y no volvió nunca más.



Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
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miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Qué es el coaching?


La Cueva de Platón

La alegoría de la Caverna de Platón cuenta la historia de unos hombres que vivían recluidos dentro de una caverna, sin poderse mover y condenados a mirar siempre las paredes. Para ellos, no existía nada más que las sombras que veían reflejadas en los muros, producidas por un gran fuego situado en la entrada. Según expone Platón, si alguno de ellos fuese liberado y pudiese ver lo que había fuera de la caverna y decidiese volver para contarlo, el resto de prisioneros no le creerían e incluso querrían matarlo. Esta metáfora apunta las claves de la actitud de un coach, un profesional que trabaja para que cada uno vaya más allá de las limitaciones que se impone y realice todo su potencial. El coach es consciente de estar dentro de la caverna y esto le permite salir y entrar para mostrar que el mundo de las sombras es simplemente una pequeña parte. El coach asume el compromiso de acompañar al prisionero fuera de la caverna, para que este pueda ver lo que le impedían las ataduras.

A medio camino entre la psicología y la terapia, el coaching o proceso de entrenamiento personalizado nació hace ya más de 10 años en Estados Unidos y en algunos países de Europa. Es una técnica de crecimiento y desarrollo personal que, mediante sencillos ejercicios, intenta cubrir el vacío existente entre lo que eres ahora y lo que quieres ser, despertando la motivación para evolucionar y ser lo mejor posible. Parte de la premisa de que la propia persona tiene los recursos necesarios para su desarrollo tanto profesional, como personal. Como se necesita un entrenador para aprender un deporte y desenvolverlo con habilidad, el coach nos ayuda para alcanzar metas en el trabajo y en nuestra vida privada, liberando nuestro talento. Los expertos afirman que el coaching no es sólo una herramienta para la gestión, sino una forma de ser y hacer en la vida cotidiana.

Aunque en este país aún es poco conocido, cada vez son más las empresas y los particulares que, siguiendo los pasos de los norte-americanos, contratan los servicios de un o una coach para conseguir alcanzar unos objetivos o resolver ciertos problemas, sin que sea necesario un largo periodo de tiempo.

Fuente http://coachingin.blogspot.com.es/2006/11/la-cueva-de-platn.html

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
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jueves, 14 de febrero de 2013

Juegos y ejercicios para terapia de parejas


Escrito por Helen Harvey

 
La terapia de parejas puede ayudar a que dos personas fortalezcan su relación y atraviesen situaciones difíciles. Además, discutir a través de terapia, juegos y ejercicios puede ser útil para promover la comunicación significativa sin la necesidad de tener que discutir. Las parejas pueden practicar juegos y ejercicios durante las sesiones de terapia o en casa, entre cada sesión.

 

Positividad

Cuando una relación está en problemas, es común que la pareja se olvide de los rasgos y las cualidades positivas que la unió en un principio. Los miembros de la pareja deberían ser alentados a hacer una lista enumerando todo lo que aprecien del otro, y luego intercambiarlas. Debido a que posiblemente haya pasado algún tiempo desde la última vez que se transmitieron pensamientos de aprecio, esto puede ayudarlos a enfocarse en la positividad.



Intercambio de roles

Es común que los miembros de la pareja sientan que el otro no lo escucha. Los juegos de intercambio de roles, en los cuales un miembro cumple el rol del otro, puede darles una perspectiva acerca de cómo un aspecto de la situación de uno de los miembros es percibido por el otro miembro. Elige una asunto de discusión específico y que cada miembro intente hablar desde el punto de vista del otro.

Discusión temporizada

En el clímax de una discusión, los miembros de la pareja se interrumpen entre sí, suben el tono de voz o empiezan a gritarse. Para evitar esto, usa un temporizador de cocina o un reloj despertador para darle a cada miembro de la pareja cantidades de tiempo equivalentes para hablar. Durante un período de tres minutos, digamos, uno de los miembros puede hablar y el otro, no. Luego de los tres minutos, el otro miembro puede hablar. Continúa con esta metodología hasta que se termine el tema de discusión.


Compartir

A veces, una relación está en problemas debido a que los miembros no se han tomado el tiempo necesario para conocerse bien. Así que en las sesiones de terapia cada miembro debería compartir alguna curiosidad que el otro no conozca. Cada uno debería empezar diciendo: "Apuesto a que no sabías..." Entonces la conversación se puede desarrollar en torno a esta curiosidad. El ejercicio puede dar una idea del pasado de la pareja.


Sonido del silencio

Entre las sesiones de terapia, las parejas deberían encontrar un momento para disfrutar, en silencio, de la compañía del otro. Ya sea escuchar música o sentarse bajo el sol, la pareja debería pasar tiempo juntos sin hablar, disfrutando del silencio y de la ausencia de discusiones.
Fuente: http://www.ehowenespanol.com/juegos-ejercicios-terapia-parejas-info_74361/

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón
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miércoles, 13 de febrero de 2013

Tomaa el Control


Desarrollar un locus de control interno.

Lee las siguientes afirmaciones y contesta si estás de acuerdo o en desacuerdo con cada una de ellas.
1.                       Soy el dueño de mi destino.
2.                       Los fracasos significan, simplemente, que necesito esforzarme más.
3.                       Nunca culpo a los demás de mis problemas.
4.                       Cuando algo sale mal, pienso que no hice suficiente esfuerzo.
5.                       La constancia y el esfuerzo es la base del éxito.
6.                       El éxito depende de la suerte de cada persona.
7.                       El futuro del matrimonio y de una gran parte de las relaciones que tenemos, depende de tener la suerte de encontrar a la persona indicada.
8.                       Cuando las cosas me salen mal, siento que no vale la pena esforzarme más, porque las cosas no van a cambiar.
9.                       Hay personas que nacieron con buena suerte y otras que nacieron con mala suerte y esto determina su vida.
10.                    Una de las mejores formas de resolver un problema, es dejar que se solucione con el paso del tiempo.
11.                    La herencia determina la personalidad.
12.                    Infancia es destino
13.                    La principal razón de un fracaso, es que las circunstancias no eran favorables
14.                    Si alguien consigue un ascenso rápidamente, es porque le cae bien al jefe
15.                    No tengo ningún control sobre lo que la gente piensa o siente hacia mí.
Las primeras 5 afirmaciones, representan la manera de pensar de una persona que siente que ella es la que tiene el control de su vida.
Las otras 10, muestran la manera de pensar de alguien que cree que la suerte, las circunstancias, las otras personas, etc., son las que determinan sus éxitos o fracasos.

En el primer caso hablamos de personas que se responsabilizan de sus actos, de las consecuencias de los mismos y de sus emociones. 
Ellas reconocen ser la causa u origen de sus conductas y no culpan a los demás de sus sentimientos. 
Valoran positivamente sus logros y esfuerzo, acepten sus errores, tienen metas y trabajan para alcanzarlas.
Esto se llama locus de control interno, porque es la persona quién tiene el control de sus pensamientos, sentimientos y conductas y por lo tanto, de una gran parte de lo que les sucede.

En el segundo, las personas consideran que todo lo que les sucede es causado por algo externo a ellos: la suerte, el comportamiento de los demás, lo que vivieron en su infancia, etc., por lo que no pueden hacer gran cosa para cambiar su vida.
Esto se llama locus de control externo, porque sienten que no pueden controlar lo que sienten o lo que les pasa.
El control está fuera de ellos.

Cuando tenemos locus de control interno, sabemos que, aunque nos cueste trabajo o necesitemos buscar información o ayuda, podemos mejorar nuestra vida.

Cuando tenemos locus de control externo, que es aprendido desde la niñez, no nos sentimos capaces de solucionar nuestros problemas y terminamos, fácilmente, sintiéndonos víctimas, deprimiéndonos o viviendo enojados con el mundo, la suerte, Dios, etc.
El creer que no tenemos control sobre lo que nos sucede, nos provoca ansiedad.
Mientras más ansiosos estamos, nos sentimos más incapaces y con menos control, estableciéndose un círculo vicioso.

Para modificar esta situación, es importante que conozcas la relación entre nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, reconozcas cómo el miedo al cambio y alfracaso nos limita, cuál es tu nivel de autoestima y la importancia de ver las cosas con mayor optimismo.
Fuente: http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-ansiedad-2.html

martes, 12 de febrero de 2013

Interés Selectivo


William James, Principles of Psychology (1890)
“ Millones de estímulos del mundo exterior llegan a mis sentidos los cuales nunca entrarán a formar
parte de mi experiencia ¿Por qué?, porque no son importantes para mí. Mi experiencia es aquello a
lo que yo atiendo. Sólo aquellos estímulos de los que tengo noticias formarán mi mente. Sin un
interés selectivo, la experiencia sería un caos total.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Parar el Pensamiento



Cuando te des cuenta de que estás pensando negativamente, grita (mentalmente si estás con otras personas): "Alto".
Al mismo tiempo que tocas con tu lengua la parte interior de tus dientes frontales.

Si sientes que no puedes controlas las preocupaciones o pensamientos negativos, haz el siguiente ejercicio:
Primero lee las instrucciones y luego, con los ojos cerrados todo el tiempo, llévalo a cabo.
También puedes hacerlo, si alguna persona te va dando dichas instrucciones o si las grabas.

Cierra los ojos y respira lenta y suavemente.
No forces la respiración, simplemente deja que el aire entre y salga de tu nariz.
¿Notas alguna diferencia en la temperatura del aire que entre por la nariz y el aire que sale?

Fija la atención en tu cuerpo.
¿Qué sucede en las diferentes partes de tu cuerpo cuando inhalas y qué sucede cuando exhalas?

Ahora con los ojos aún cerrados y respirando suavemente, pon atención a lo que sucede en el lugar en el que te encuentras.
¿Cuál es la temperatura?
¿Qué sonidos escuchas?
¿Qué olores puedes detectar?

Regresa tu atención a tu cuerpo.
¿Cómo sientes tus manos y tus pies?

Nuevamente, con los ojos siempre cerrados, regresa a los sonidos que escuchas a tu alrededor.
Piensa en alguna situación agradable, relacionada con alguno de esos sonidos.

Ahora regresa la atención a tu respiración, a la temperatura de tu nariz.
Respira dos veces contando del 1 al 5 cuando inhalas y del 6 al 10 cuando exhalas.

Abre tus ojos.
¿De qué te diste cuenta?
Seguramente de muchas cosas en relación a tu propio cuerpo y quizás al lugar en el que te encuentras.
Sin embargo en relación a la ansiedad y a nuestros pensamientos, lo importante es que te des cuenta, que tú controlabas tu atención y la dirigías hacia donde tú querías.
Podías ignorar ciertos aspectos y resaltar otros de acuerdo a tu voluntad.
Tú controlas tu atención y tus pensamientos.

Fuente: http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-ansiedad-2.html

martes, 5 de febrero de 2013

Pensamientos negativos



¿Te criticas constantemente?
¿Criticas mucho a los demás?
¿Te quejas de tu suerte o de que el mundo, la vida, etc., son injustos?
¿Te pasas pensando en todo lo malo que te va a pasar?

Si alguna de las personas que está constantemente contigo, se pasara todo el tiempo criticándote, ¿cómo te sentirías?
¿Y qué sucedería si llevara meses o años haciéndolo?

O si se pasara todo el tiempo diciéndote: "¿y si no logras...?", "¿y si ...se enoja contigo?"

Bueno, muy probablemente es lo que haces contigo mismo, aunque puede ser que no lo hayas notado.
Todos estamos constantemente hablando con nosotros mismos, aun cuando no nos damos cuenta.

Cuando este diálogo interno es negativo, está formado por frases como:
"Soy…", "debería o no debería…", "no puedo", "no vale la pena", "qué caso tiene", "es inútil", "y si", etc., etc.
Son pensamientos que afectan nuestra autoestima, nos limitan y alimentan todas nuestras emociones negativas y por lo tanto, debemos cambiarlos.

Están basados, principalmente, en lo que nos decían nuestros padres y otras personas importantes, durante nuestra niñez.
No podemos dejar de tener un diálogo interno, pero podemos tenerlo basado en pensamientos positivos y motivantes.

Cuando detectes este diálogo negativo contigo mismo, no te critiques o sientas mal por ello, ya que es lo que aprendiste desde pequeño.
A una edad en que no podías cuestionar la veracidad de sus palabras o ignorarlas. 

Una vez que hemos detectado nuestros pensamientos automáticos o lo que nos decimos a nosotros mismos, es importante reconocer los negativos y cambiarlos.
Cambia esas palabras negativas y habla contigo mismo, como lo harías con la persona que más quieres: con paciencia, cariño y muy suavemente.
Enfocándote en lo positivo y en lo que sí puedes lograr o aprender.

Cambia las palabras que tienen una fuerte carga emocional, por otras más neutras o positivas.
En lugar de decir "no soporto", puedes decir "me molesta".

Si piensas en todo lo negativo que crees que te va a pasar y que te está angustiando, analiza qué tan probable es que realmente te suceda.
Recuerda de que 75% de todas nuestras preocupaciones nunca suceden.

Aparentemente este cambio puede parecer superficial o poco importante, pero se han hecho estudios en los que se demuestra que ciertas palabras por sí solas, influyen negativamente en nosotros.

Cambia las afirmaciones que te limitan por preguntas.
En vez de decir: "No puedo hacerlo", pregúntate ¿Cómo puedo hacerlo? 
Busca la mayor cantidad de respuestas, sin analizarlas o calificarlas, en ese momento.
Ejercita primera una nueva manera de abrirte a más posibilidades.
Después puedes analizar cada una de ellas y ver cuál es la más adecuada.
Fuente: http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-ansiedad-2.html

lunes, 4 de febrero de 2013

Manejar nuestros Pensamientos


Detectar nuestros pensamientos.

Con frecuencia creemos que no pensamos nada o no nos acordamos de lo que pudimos haber pensado.
Pero es importante detectarlos, porque nos están haciendo sufrir.

Para ello podemos:
1.                       Hacer una lista de los sentimientos que tenemos en ese momento o sobre los que queremos trabajar.
2.                       En una hoja aparte, escribir una de las emociones de la lista anterior y abajo, en diferentes renglones, escribir:
"Me sentí __________, porque...
Repetir esta frase por lo menos 5 o 6 veces.
3.                       Una vez hecho esto, completar estas frases rápidamente, sin detenernos a pensar en la respuesta que estamos dando.
Otra forma de encontrar los pensamientos automáticos es escribir todo lo que creemos que pensarían otras personas en esa situación y analizar cada uno de dichos pensamientos, para ver si en alguna ocasión hemos pensado así. 




Analizar la veracidad de nuestros pensamientos.

La realidad es lo que sucede, es todo lo que existe y que puede ser verificado científicamente.
La realidad no es buena, mala, justa, injusta, etc., porque estas ya son valoraciones que dependen de las actitudes y valores de cada persona y cada quién califica una misma situación, de manera diferente.

Por ejemplo:
El que una persona me hable, es un hecho real.
Si me hablo feo, fuerte, con cariño, etc., es mi interpretación de ese hecho.
Lo que para mí puede ser feo, para otra persona puede ser normal o asertivo.

El problema es que el ser humano, no puede dejar de percibir e interpretar de acuerdo a su forma de ser, por lo que reacciona ante dichas interpretaciones.
Si piensa que le habló respetuosamente, probablemente responda de forma amable y tranquila.
Si cree que la otra persona fue agresiva, seguramente su respuesta será agresiva o por lo menos desagradable.

Esta interpretación, formada por nuestros pensamientos, es la que nos provoca muchas de las emociones negativas y de los conflictos que vivimos con los demás.
Por eso es necesario analizar los pensamientos que me hacen sentir o actuar mal, para modificarlos cuando sea necesario.

Una manera de checar la veracidad de nuestros pensamientos es preguntarnos:
"¿Que pruebas tengo para creer esto?"
"¿Puede haber otra explicación para esto que me está sucediendo?"
"¿Qué es lo que pensarían otras personas, de esta misma situación?"

Por ejemplo:
Si digo: "Me habló feo, porque está enojado conmigo".
Me puedo preguntar:
1.                       ¿Qué otras pruebas tengo, para comprobar que está enojado y que es conmigo?
Porque puede ser su forma de hablar, puede estar cansado o puede estar de mal humor, pero por algo que no tiene nada que ver conmigo".

2.                       ¿Absolutamente todas las personas que lo escucharan, pensarían lo mismo que yo?
Si no es así, si conozco a alguien que no lo haría, quizás estoy interpretando su tono de voz de una manera equivocada.
Si hacemos un análisis objetivo y estudiamos nuestro estilo de pensamiento y actitud (optimista o pesimista), podremos reconocer si nuestros pensamientos pueden estar equivocados.
En tal caso, lo adecuado es modificarlos y nuestra angustia disminuirá.

Fuente: http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-angustia.html

viernes, 1 de febrero de 2013

Técnicas para manejar la angustia.



Con frecuencia nos es difícil trabajar para cambiar un hábito de conducta o de pensamiento.
O pensamos que nos Esto puede ser cierto, pero recuerda que es mejor esforzarse un poco más, durante un tiempo, para estar mejor el resto de nuestras vidas, que buscar la "comodidad" momentánea y sufrir durante más tiempo y a la larga, con mayor intensidad.
sentimos tan mal que no podemos hacer el esfuerzo necesario.


Algunas de las técnicas para trabajar con los pensamientos que nos angustian son:
1.                       Reconocer y aceptar nuestra ansiedad o angustia.
2.                       Detectar los pensamientos que nos provocan dicha angustia.
3.                       Analizar su veracidad, cuestionándonos honestamente, qué tan real y objetivo es lo que estamos pensando.
4.                       Detener esos pensamientos.
5.                       Distraernos haciendo algo que nos gusta y/o pensar en otra cosa.
6.                       Cambiar el locus de control.
7.                       Respirar.
8.                       Relajarse.
9.                       Hacer ejercicio.
10.                    Aprender y darse permiso para reírse y divertirse.



Reconocer y aceptar nuestra ansiedad.

Son varias las razones por las que nos cuesta trabajo aceptar nuestra angustia:
1.                       La negamos o ignoramos, debido a que creemos que no deberíamos estar angustiados, porque:
·                                          "No es para tanto",
·                                          si nos angustiamos significa que:
·                                                           somos "débiles" emocionalmente,
·                                                           tenemos poco control sobre nosotros mismos y
·                                                           sobre la situación.

2.                       Reconocer que estamos angustiados puede, momentáneamente, angustiarnos más.
3.                       Pensamos que si no le hacemos caso, la angustia va a disminuir.
4.                       Estamos tan acostumbrados a ella, que ya no la detectamos.
Pero si no reconocemos y aceptamos nuestra angustia, no sólo no va a disminuir, sino que va a aumentar.

Si nos cuesta trabajo detectarla o aceptarla, lo que podemos hacer, es llevar un diario con tres columnas, en donde anotaremos:
1.                       Cualquier emoción o sensación física, sobre todo si es molesta o si la consideramos negativa.

2.                       Nuestra conducta o problema de ese momento.
Si aparentemente no estamos haciendo nada que pueda angustiarnos y no tenemos ningún problema concreto, debemos preguntarnos:
¿De lo que ha pasado últimamente, qué cosas podrían estar influyendo en mi estado de ánimo o en mi angustia?
¿Qué inquietudes o preocupaciones podrían estar en mi mente?

Escribe cualquier cosa que se te ocurra, aunque pienses que es ilógica o que es una tontería.

3.                       Nuestros pensamientos, si podemos detectarlos en ese momento.
Si no podemos hacerlo, más tarde, cuando tengamos tiempo, podemos utilizar la técnica para detectar los pensamientos.
Una vez anotados estos datos en las tres columnas, analízalas detenidamente, para que puedas encontrar que tipo de situaciones o pensamientos disparan tu angustia y elegir la mejor solución.

Una buena lista de situaciones y pensamientos disparadores de nuestra ansiedad, nos permites detectar nuestros puntos "débiles", es decir, aquellos en donde somos más sensibles y a los que tenemos que ponerle mayor atención.

Puedes leer el libro completo en http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-angustia.html