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lunes, 17 de marzo de 2014

Divorcio e Hijos


 
Podríamos pensar que los hijos, en función de su edad, utilizan una serie de estrategias, conscientes e inconscientes, que les ayudan a enfrentarse a los aspectos más impredecibles, incontrolables y dolorosos del divorcio. Saposnek (1983) describe algunas de ellas:

*Al principio, ante el miedo a ser abandonados, los niños de todas las edades suelen intentar que sus padres se reconcilien y vuelvan a vivir juntos (p.e. contando a un padre los cambios positivos del otro). 


*Tras la ruptura, las ansiedades ante las separaciones pueden expresarse mediante dificultades para alejarse de uno y otro padre cada vez que se produce el intercambio correspondiente a las visitas (p.e. llorando al ir con su padre y llorando al regresar con su madre).

*Los niños pueden ofrecerse como detonantes de la tensión entre sus padres, atrayéndola hacia sí mismo (p.e. hablando a su padre de las nuevas relaciones afectivas de su madre).


*El miedo al rechazo afectivo provoca que, a menudo, intenten asegurarse constantemente del amor que sienten por ellos (p.e. telefoneando repetidamente a su madre cuando está con su padre).


*Una forma más de garantizar el afecto de al menos uno de sus padres, es probándole su lealtad mostrando su rechazo hacia el otro padre (p.e. negándose a las visitas).


*En algunos casos pueden pretender evitar los conflictos intentando mantener una difícil posición de neutralidad entre sus padres (p.e. mostrando su deseo de permanecer exactamente el mismo tiempo con cada uno de ellos).


*Haciendo esfuerzos por proteger la autoestima de sus padres, debilitada tras la ruptura, se aseguran de no ser emocionalmente abandonados por ellos (p.e. expresando a cada uno de ellos su deseo de convivir más tiempo con él que con el otro).


*En niños mayores y adolescentes son posibles los intentos de manipular la ruptura para obtener ventajas inmediatas (p.e. expresando su deseo de convivir con el padre más permisivo). 


[…]


Por último, merecen destacar por su especial relevancia los trabajos realizados por Hetherington (1979) y Wallerstein y col. (1980, 1983, 1989).

Hetherington profundizó en los efectos de la ausencia del hogar de uno de los padres y en las influencias de las familias monoparentales. Concluyó, como muchos autores, que una familia intacta, pero conflictiva, puede ser mucho más perniciosa para la salud mental de los hijos que un hogar estable tras el divorcio. 

Sus datos demuestran que si el funcionamiento familiar es positivo y el apoyo del sistema suficiente, los hijos de padres separados pueden alcanzar idéntica competencia social, emocional e intelectual a los hijos de parejas no separadas. 


Fuente:

BOLAÑOS, I. (1998). Conflicto familiar y ruptura matrimonial. Aspectos psicolegales. En Marrero, J.L. (Comp.) Psicología Jurídica de la familia, Madrid: Fundación Universidad Empresa, Retos jurídicos en las Ciencias Sociales.
CONFLICTO FAMILIAR Y RUPTURA MATRIMONIAL: ASPECTOS PSICOLEGALES. 



Sara Morís González
Psicólogo en Gijón
Tel. 671782032

lunes, 11 de junio de 2012

Problemas de Pareja

Dos de los problemas por los que más consultan las parejas a un profesional de la psicología son los celos y las constantes discusiones.
Los celos son sufridos por ambos, la persona celosa porque cree que no se le quiere lo suficiente o no se le dedica tiempo y al miembro no celoso porque se siente acosado y asfixiado. Son muy peligrosos ya que pueden terminar la relación y aunque no sea así, hacen sufrir mucho a ambos cónyuges.
Normalmente se aconseja terapia de pareja y reeducación de hábitos desajustados.

El segundo problema es el de las constantes discusiones. Al principio puede parecer divertido tener temas en los que se opina de distinta manera, es un tópico poco realista que los extremos se atraen. Tampoco es conveniente pensar que con paciencia conseguiremos que nuestra pareja cambie ES UN ERROR.
Para evitar que nuestra relación se convierta en un campo de batalla constante se pueden seguir pequeños consejos.
Tener claro los puntos que compartimos antes de empezar a hablar de aquellos en los que no estamos de acuerdo.
Es preferible enunciar de forma positiva lo que pensamos: “me gusta más” o “yo prefiero…” en vez de “esto no me gusta”, “no quiero”.
No darle demasiadas vueltas a las discusiones. Si ya se habló de eso y ya quedaron claras las posturas, no seguir insistiendo.
Es más positivo plantear alternativas que simplemente expresar oposición.
No es bueno pretender ganar siempre, alguna vez hay que ceder.
Tampoco es bueno callarse las cosas y no decir lo que nos ha molestado, porque son rencores que se enquistan en nuestro corazón.
La rutina y la monotonía son los peores enemigos de una buena relación de pareja. Se tiene que intentar que haya cosas nuevas, alguna sorpresa. Cosas tan pequeñas como dar un beso o un abrazo sin que tenga que haber un motivo para ello. Hacer un pequeño detalle o regalo porque sí, no esperar a días señalados para ello. Dejar algún mensaje cariñoso donde nuestra pareja pueda verlo al levantarse por la mañana o al llegar tarde del trabajo.
Ya hemos hablado en anteriores ocasiones de los conflictos con la familia política. Es un error muy común querer arrancar a nuestra pareja de sus raíces afectivas, sólo conseguiremos crear inquietud, inseguridad y rencor. Lo único que podemos hacer es tratar de romper el filtro negativo con el que miramos a nuestra familia política. Nadie pretende tener una familia perfecta y pasar todos los fines de semana juntos pero hay que intentar al menos algunas cosas:
1.Que la relación sea lo más cordial posible. Aunque no haya cariño ni confianza plena, al menos que pueda haber un trato correcto.
2.Comprender que nuestra pareja quiere a su familia, aunque nosotros no estamos obligados a ello.
3.Podemos opinar, discrepar pero no estar criticando continuamente.
4.En los momentos de conflicto, apoyar a nuestra pareja.
5.No darle vueltas a temas espinosos continuamente, sólo nos servirá para sembrar odio y rencores.

Fuente: www.psicologa24h.es

Ejercicios para parejas en crisis


Aquí tenéis algunos ejercicios de reflexión y trabajo personal para parejas:

1- La balanza: se trata de un ejercicio que cada uno de los miembros de la pareja realizará por separado.
Harán dos lista escritas, una con todo lo positivo, lo bueno, lo que le gusta de su relación y su de pareja. La otra es una lista de lo negativo, lo que no nos gusta, lo que nos cuesta aceptar.
Hay que ser sinceros pero sin herir la sensibilidad de nadie. Es necesario tener la generosidad y la serenidad de compartir luego todo lo escrito.
Más tarde quizá después de reflexionar se podrán sacar conclusiones.
2- Metas en común y por separado: como el anterior este ejercicio también tiene una parte de trabajo personal y otra de puesta en común.
Han de escribirse los deseos, las metas, los logros que se quieren alcanzar personal e individualmente. Otro escrito recogerá las metas en común con la pareja.
Es muy importante hacerlo con tranquilidad y tomándose el tiempo necesario, cuanto mejor elaborado esté el trabajo más rendimiento se le podrá sacar al compartirlo con la pareja.
Este ejercicio sirve para prevenir desengaños y encontrar nuestras metas comunes
3- ¿Merece la pena, me compensa?: Es un ejercicio sencillo pero revelador que necesita de un trabajo y de una reflexión anterior. Lo ideal es plantearlo después de haber hecho y compartido el ejercicio de La balanza.
Es una pregunta sencilla, con todo lo que estoy viviendo actualmente en mi relación, tal cómo están las cosas, ¿me compensa para seguir adelante? ¿me merece la pena intentar superar esta crisis y seguir adelante como pareja?.
La respuesta nos puede llegar de inmediato en varias horas o incluso días, pero lo importante es que venga desde lo más profundo de ustedes mismos.
4 – Te ofrezco y recibo de ti: es un ejercicio que puede hacerse por escrito o cara a cara si se practica con respeto y una escucha activa.
Hay que poner en palabras todo lo que ofrecemos a la personas con la que compartimos nuestra vida. Después en otro escrito o cara a cara hay que reflexionar sobre que es lo que cada uno siente y piensa que recibe de su pareja.
Este ejercicio funciona muy bien en terapia de pareja cuando hay una tercera persona que nos ayudará después a desmenuzar lo ocurrido y ver donde hay desajustes.
5 – Cambios que necesito: se trata de un ejercicio para hacer cuando ambos o algunos de los miembros de la pareja tiene dudas sobre si seguir adelante.
Se tiene que reflexionar sobre lo que necesitamos sobre lo que nos falta en la pareja. Después se pondrá en común y se verá que cosas dependen de uno mismo, de la pareja o de ambos y se reflexionará sobre si es posible que estos cambios se produzcan.
6- Última carta: es un ejercicio para serenarse cuando la pareja decide separarse. Se trata de escribir una carta de despedida, de volcar todos los sentimientos en ella, nuestras quejas y también nuestros agradecimientos.
Si se ha hecho bien debe dejar una sensación de serenidad al volver a leerla.
No es necesario darla a la pareja para que la lea, se escribe para uno mismo.

Fuente: www.psicologia24horas.es

miércoles, 21 de septiembre de 2011

¿Qué te sirvió para superar tu divorcio?

http://mx.answers.yahoo.com/question/index?qid=20100909155256AA0rZsR

Algunos consejos para superar el divorcio.

Superar el divorcio es difícil. A veces nos preguntamos cómo sobrevivir a esa etapa tan dolorosa. Conoce algunos consejos que pueden te pueden servir para recuperarte después del divorcio e iniciar una nueva vida en la que obtengas el bienestar y la felicidad que tú deseas.
"A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. 
¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán?
Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será". Johann Wolfgang Von Goethe (Poeta, novelista y dramaturgo alemán).

Ante las situaciones difíciles y dolorosas, podemos tomar dos actitudes distintas.
1.      Esperar a que pase el tiempo y el problema, con la esperanza de que se acabe nuestro sufrimiento.
2.      Actuar, para mejorar y/o resolver la situación, de acuerdo a mis deseos y necesidades.
Aparentemente la primera es la más fácil.
¿Si ya estamos sufriendo tanto, para qué esforzarnos más?
Pero pensando así, no llegamos a donde nosotros queremos.
Llegamos a donde la vida o los demás nos llevan.

Es cierto que actuar requiere de un esfuerzo.
Pero es la única manera de aumentar la confianza en nosotros mismos y obtener lo que deseamos.

Los siguientes consejos te permitirán acelerar el proceso de divorcio y disminuir el sufrimiento.

1.      Reconoce que, independientemente de si querías divorciarte o no, estás viviendo toda una serie de cambios y pérdidas, que te provocan diferentes emociones negativas y afectan toda tu vida.

2.      Infórmate sobre lo que implica el divorcio y sobre sus repercusiones en las diferentes áreas de la vida.

Es muy importante, que entiendas que lo que te sucede es normal y que, aunque muy doloroso, es un proceso que tiene un principio y un fin.

El final no es la firma ante el juez, es el momento en el que logras tu recuperación física y emocional,

3.      Date permiso para sentir cualquier emoción que surja.

No la niegues, no te critique por ella, pero exprésala adecuadamente.
Es decir, en el lugar, el momento, con la persona y en la forma adecuada.

Puedes hacerlo por escrito en un diario personal.


De hecho, sólo reconociéndolas, aceptándolas, expresándolas y trabajándolas, puedes lograr una buena recuperación que te libere del pasado y te permita vivir y disfrutar el futuro.

Recuerda que las emociones, por muy intensas que sean, son sólo una parte tuya.
No te pueden controlar, a menos que tú lo permitas.

4.      No te compares con los demás.
Recuerda que cada situación es diferente y que cada persona es distinta.
Por lo tanto, la misma situación, no nos afecta a todos de la misma manera.

5.      Date el tiempo que necesites para recuperarte.

Para recuperarnos bien de un divorcio necesitamos, aproximadamente, entre 18 meses y 3 o 4 años.

No te forces, pero no permitas que el dolor o la compasión te mantengan atrapado en el mismo lugar.

El progreso puede ser lento, con avances y retrocesos, pero constante.
No importa el tamaño de los pasos que des, sobre todo en un principio, siempre y cuando te mantengas en movimiento, pero hacia la meta adecuada: tú recuperación.

6.      Todas las mañanas al despertar y por las noches, antes de dormir, reconoce en voz alta algo positivo de tu vida en estos momentos.

Puede ser algo tan importante como que tus hijos están sanos o algo de menor importancia como que tienes un reloj que te gusta, que salió el sol o que vas a hablar por teléfono con algún familiar o amigo.

Siempre hay cosas positivas en nuestra vida.
Recuerda las palabras de quién dijo: "Yo me quejaba porque no tenía zapatos, hasta que descubrí que otros no tenían pies".

7.      Piensa en algo positivo que va a resultar de lo que está sucediendo.
Como por ejemplo:
Vas a estar más involucrado con tus hijos, vas a aprender a hacer cosas que no sabías hacer, ya no hay gritos a tú alrededor, etc.

8.      Evita en lo posible, lugares, situaciones o personas que te provoquen recuerdos dolorosos. 

Si no puedes evitarlo, cuando te encuentres en esa situación piensa:
"Lo pasado, pasó.
Hoy es un nuevo día y el principio de una nueva vida que estoy construyendo.
Lo que importa es la felicidad y el bienestar que 
quiero y puedo lograr".

9.      Busca nuevas actividades y relaciones que sean parte de tu nueva identidad:
Un hombre o mujer que tiene la capacidad para construir una nueva vida, en donde puede ser feliz.

10. Al principio, durante los primeros meses, no tomes decisiones drásticas, como cambiarte de casa o de trabajo, a menos que sea indispensable. 

Si necesitas hacer cambios, hazlos poco a poco.
Aprende a establecer prioridades.

11. Con la tensión y angustia la memoria falla.
Haz una lista con las cosas que necesitas hacer, números de teléfono, de cuentas importantes, etc.
Busca cómo facilitarte la vida.

12. Cuando te sientas mal, date unos minutos o haz una cita contigo mismo para más tarde, para contactar con tus sentimientos y pensamientos.

Si te es posible, escríbelos, pero sin analizar lo que estás escribiendo.
También es recomendable llevar un diario personal, en donde escribas todo lo que te sucede, piensas, sientes y deseas, pero sin juzgar o criticar

13. Apóyate en tus amistades, pero elije con cuidado las que tengan la capacidad de escucharte, respetar tus emociones y apoyarte.

No vivas solo estos momentos difíciles. 
No te aísles.

Si tus amigos o familiares te buscan, ve con ellos.
Tú eliges si quieres hablar de lo que te sucede o no.
Si no te buscan, háblales tú. 

No dejes que un falso orgullo te mantenga alejado de la gente que es importante para ti.

Estar solo en ciertos momentos es deseable y positivo, pero aislarse, no lo es.

14. Enfócate en las cosas sobre las que tienes control.
No te desgastes física y emocionalmente sobre las cosas que no puedes controlar.

15. Si tienes hijos, busca la información adecuada para ayudarlos a vivir un proceso que es doloroso y que puede ser incomprensible para ellos, no importa cuántas veces se los explicaste.

16. Evita caer en el perfeccionismo o en la necesidad de demostrar que eres muy fuerte e independiente.
No necesitas demostrarle nada a nadie, ni siquiera a ti mismo.

El divorcio no dice nada malo de ti.
Es reconocer la necesidad de terminar con una situación que te hacía sufrir, que ya no te convenía o que en realidad no merecía la pena, (aunque de momento no lo veas así).

17. Cuídate.
Aliméntate sanamente, haz ejercicio y procura dormir o descansar lo mejor posible.

18. Aprende a vivir sin tu ex-pareja.
Haber amado o necesitado a alguien, no significa no poder vivir sin esa persona.

El que tu ex-pareja haya hecho toda una serie de cosas por o para ti, no quiere decir que tu no puedes hacerlas o aprender.

A medida que lo vayas haciendo, vas a adquirir más confianza y te sentirás mejor

19. No te involucres con una nueva pareja, hasta que realmente estés recuperado y hayas sanado tus heridas y trabajado tus emociones. 

Puede ser muy tentador buscar una nueva relación que nos "haga" sentir bien: queridos, necesitados y respetados.

Pero si no hay una buena elaboración personal de todo lo que implica el divorcio y no aprendemos de lo que sucedió, pronto podemos tener los mismos problemas o similares.

Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica.
Maestría en Terapia de Pareja.
Tel. 044 55 1924 9863 (Ciudad de México).
e-mail: bienestar.e@gmail.com

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón 
www.psicologogijon.com