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lunes, 11 de junio de 2012

Consejos para parejas



Es importante seguir estas pautas para una sana relación de pareja.
1. Diálogo sincero
Sin herir, humillar o faltar al respeto. Los desacuerdos y las discusiones no son perjudiciales en sí mismos. Se puede hablar, escuchar, comunicarse y llegar a entenderse.
2. Escucha activa
Se trata de escuchar activamente, dando señales de que nos interesa y de que entendemos lo que nuestro interlocutor nos dice. Es muy importante que ambos miembros de la pareja se sientan entendidos para tener una relación sana.
3. Aceptar la responsabilidad
Uno de los errores más frecuentes en la convivencia es hacer al otro responsable de las peleas y discusiones. Aunque la inicie uno, las discusiones son cosa de dos, por lo que ambos contribuyen a ellas. Hay que aceptar una corresponsabilidad, es decir, reconocer nuestra parte de protagonismo en los errores,
4. Pedir perdón
Cuando una pareja lleva unida mucho tiempo, frecuentemente deja de hacerse gestos cariñosos, como un beso de despedida. No se pide perdón después de una discusión y se guarda rencor poco a poco.
5 No irse a la cama enfadados
Se trata de luchar contra la ‘conspiración del silencio’. No permitir que nos vayamos a la cama enfadados y que pasen los días sin aclarar las cosas. El odio y el rencor se irá a cumulando y tarde o temprano acabará explotando.
6. No vivir en cuento de hadas
Las metas de la pareja han de ser realistas para nos llevarnos desengaños. Es positivo tener sueños e ilusiones pero han de ser realizables y posibles para que no vaya mermando nuestra ilusión y confianza en la pareja.
7. No retomar enfrentamientos
Hacer borrón y cuenta nueva. Ésta es la única forma de evitar quedarse encerrados en el círculo del enfrentamiento continuo. De hecho, volver a las discusiones pasadas no sólo es ineficaz, sino dañino.
8. Resolver las crisis
Si la pareja consigue superar su crisis saldrá fortalecida la relación. Para ello es necesario conseguir conciliar los intereses de ambos, cubrir las necesidades, compartir las metas, los sueños.
9. Dejar los problemas de trabajo en el lugar de trabajo
La pareja nos sirve de amortiguador, de desahogo de nuestros problemas. Es bueno pero como todo necesita sus límites, no podemos saturar a nuestra pareja, hay que evitar que todas nuestras conversaciones giren entorno a la situación estresante que vivimos en el trabajo. Hay que respetar los espacios e intentar no saturar con cosas negativas.
10. ¿Quién lleva las riendas?
Compartir el peso de la pareja. En ocasiones, las discusiones llegan porque uno de los dos cree que al otro se le ha acabado el amor; en especial, si las muestras de afecto disminuyen. Ninguna relación se mantiene constante en el tiempo, no son estáticas. Los roles se irán intercambiando a lo largo del tiempo, unas veces será ella quien recibe y otras será la que da amor, ambos papeles tienen sus ventajas.

Fuente www.psicologa24h.es

Problemas de Pareja

Dos de los problemas por los que más consultan las parejas a un profesional de la psicología son los celos y las constantes discusiones.
Los celos son sufridos por ambos, la persona celosa porque cree que no se le quiere lo suficiente o no se le dedica tiempo y al miembro no celoso porque se siente acosado y asfixiado. Son muy peligrosos ya que pueden terminar la relación y aunque no sea así, hacen sufrir mucho a ambos cónyuges.
Normalmente se aconseja terapia de pareja y reeducación de hábitos desajustados.

El segundo problema es el de las constantes discusiones. Al principio puede parecer divertido tener temas en los que se opina de distinta manera, es un tópico poco realista que los extremos se atraen. Tampoco es conveniente pensar que con paciencia conseguiremos que nuestra pareja cambie ES UN ERROR.
Para evitar que nuestra relación se convierta en un campo de batalla constante se pueden seguir pequeños consejos.
Tener claro los puntos que compartimos antes de empezar a hablar de aquellos en los que no estamos de acuerdo.
Es preferible enunciar de forma positiva lo que pensamos: “me gusta más” o “yo prefiero…” en vez de “esto no me gusta”, “no quiero”.
No darle demasiadas vueltas a las discusiones. Si ya se habló de eso y ya quedaron claras las posturas, no seguir insistiendo.
Es más positivo plantear alternativas que simplemente expresar oposición.
No es bueno pretender ganar siempre, alguna vez hay que ceder.
Tampoco es bueno callarse las cosas y no decir lo que nos ha molestado, porque son rencores que se enquistan en nuestro corazón.
La rutina y la monotonía son los peores enemigos de una buena relación de pareja. Se tiene que intentar que haya cosas nuevas, alguna sorpresa. Cosas tan pequeñas como dar un beso o un abrazo sin que tenga que haber un motivo para ello. Hacer un pequeño detalle o regalo porque sí, no esperar a días señalados para ello. Dejar algún mensaje cariñoso donde nuestra pareja pueda verlo al levantarse por la mañana o al llegar tarde del trabajo.
Ya hemos hablado en anteriores ocasiones de los conflictos con la familia política. Es un error muy común querer arrancar a nuestra pareja de sus raíces afectivas, sólo conseguiremos crear inquietud, inseguridad y rencor. Lo único que podemos hacer es tratar de romper el filtro negativo con el que miramos a nuestra familia política. Nadie pretende tener una familia perfecta y pasar todos los fines de semana juntos pero hay que intentar al menos algunas cosas:
1.Que la relación sea lo más cordial posible. Aunque no haya cariño ni confianza plena, al menos que pueda haber un trato correcto.
2.Comprender que nuestra pareja quiere a su familia, aunque nosotros no estamos obligados a ello.
3.Podemos opinar, discrepar pero no estar criticando continuamente.
4.En los momentos de conflicto, apoyar a nuestra pareja.
5.No darle vueltas a temas espinosos continuamente, sólo nos servirá para sembrar odio y rencores.

Fuente: www.psicologa24h.es