domingo, 1 de septiembre de 2013

Me cuesta decir que no: ¿A qué se debe esto?

melacolia
Psicólogo Gijón. Psicólogo en Gijón. Psicología Gijón. Asturias. Terapia Breve. Coaching. Gijón. Psicóloga en gijon asturias. depresión, ir al psicólogo, traumas, alimentación, problemas, ayuda. Tienes miedo de decir que no, porque temes que tu negativa te prive del cariño de esa persona.
La aprobación y el reconocimiento que crees necesitar del otro para sentirte valioso y reconocido es sólo eso: una creencia.
Será verdad en tu realidad, mientras así lo creas. Y dejará de serlo en el instante en que te des cuenta que el amor que buscas fuera de ti,nunca te ha abandonado. Es más, es imposible que pueda hacerlo, porque es la esencia de tu ser. Es tu verdadera naturaleza y la sustancia de la que estás hecho.
No puedes dejar de ser Amor ni puedes dejar de amar, pero puedes convencerte de lo contrario, o negarte a querer verlo. En cualquier caso, eso no alterará ni un ápice la eterna realidad de lo que eres. Sólo lo ocultará temporalmente de tu mirada.
Así que cuando no quieras hacer algo por el motivo que sea, no te sientas mal por tu negativa a hacerlo. Míralo como un extraordinario regalo que le estás ofreciendo a la otra persona.
La estás animando a que confíe también en su propia guía, y a que no se deje desviar del rumbo que ella le marca.
Amarnos a nosotros mismos NO es ser egoístas. Es la única forma de poder amar después a los demás.
Por tanto, decir que no a lo que alguien nos pide, NO es rechazar o menospreciar a esa persona. Simplemente es ejercer nuestro derecho a hacer lo que creemos más conveniente.
Por ejemplo:
Si tu amigo Paco te pide que le dejes tu coche recién lavado para visitar un pintoresco pueblecito embarrado hasta el campanario de la iglesia,NO es de mal amigo decir que no, es de amigo sensato.
Si tu madre te pide que la acompañes al Bingo a jugar unos cartoncitos, y la sola idea de pasarte allí toda la tarde te provoca sudores y escalofríos,NO es de mal hijo decirle que no, es de hijo avispado.
Y si tu novia te pide que la lleves al cine a ver una reposición de "Mujercitas", y a ti te salen sarpullidos con ese tipo de películas, NO es de mal novio decirle que no, es de novio espabilado.
En definitiva, obligarnos a hacer algo que no queremos hacer, por miedo a las represalias o a los reproches de la otra persona, es masoquismo emocional. Así que, pregúntate: ¿Querrías tú que alguien lo pasara mal, para que tú pudieras pasarlo bien?
El problema de fondo es que creemos que somos responsables de la felicidad del otro. Pensamos que su bienestar depende directamente denuestro comportamiento, de modo que creemos que debemos prestar mucha atención a no molestar o importunar a la otra persona. Pero, ¿no te ha ocurrido alguna vez que, sin importar lo mucho que te esforzaras por agradar a alguien, esa persona nunca parecía estar satisfecha del todo? ¿No te da eso una ligera pista de que, en realidad, tu actuación no tenía absolutamente nada que ver con su satisfacción?
Sólo cuando dejemos de culpar a los demás por nuestra incapacidad para encontrar la paz, podremos dejar de ser víctimas y recuperar nuestro poder como creadores de nuestra realidad.


Así que no te preocupes. Decirle que no a alguien no tiene por qué significar su fin. Al contrario, puede que sea el principio de una etapa de su vida en la que reconozca que su felicidad no depende de la reacción de nadie. ¡Menuda libertad! ¿verdad?

Sara Morís González
Psicólogo y Coach en Gijón 
www.psicologogijon.com

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