MANEJO DE LA IRA Y LAS MANIFESTACIONES DE ENFADO Y CÓLERA
Es muy probable que usted haya experimentado el sentimiento de ira o manifestaciones coléricas en algún momento de su vida. Es una emoción humana natural como la felicidad, la tristeza y el miedo, y forma parte de todo ser humano. Sin embargo, hay personas que sufren episodios frecuentes e intensos de ira, que interfieren seriamente en su vida diaria, desembocando en un comportamiento destructivo. Entender la ira y empezar a manejarla es algo muy diferente.
Un estudio reciente realizado en Reino Unido revela que muchas personas creen que es un país en el que abundan las personas que descontrolan su ira.
En España se piensa que puede suceder lo mismo. Más de una de cada diez personas admiten que tienen un problema a la hora de controlar su ira, pero menos de uno de cada siete buscan ayuda para solucionar el problema. Esto significa que, por regla general, la población no sabe manejar esta emoción, lo que lleva a un detrimento de las relaciones familiares, el trabajo y el bienestar de las personas que le rodean.
Todo el mundo se enfada por diversas cosas. En la sociedad de hoy en día, tener prisa debido a los horarios, fallos tecnológicos o relaciones turbulentas entre amigos, parejas o compañeros de trabajo son fuentes comunes de ira. Aunque estas situaciones son modernas, la causa subyacente de la ira es la misma hoy que hace siglos. Por ejemplo, se pondría furioso si tanto usted como su pareja estuvieran ante una amenaza física, si ha perdido sus recursos o si alguien intenta destruir algo que aprecia. La ira ha evolucionado para mantener su cuerpo y su mente estimulados y preparados para la acción y para situaciones estresantes.
Cuando algo le hace enfadarse puede sentir diversas emociones. Estos sentimientos tienen un impacto fisiológico directo en el resto de su cuerpo: el corazón comienza a latir más deprisa, la presión sanguínea y la temperatura se incrementan, su ritmo respiratorio se acelera y comienza a sudar más.
Cada persona expresa su ira de una forma diferente. Puede reaccionar inmediatamente ante cualquier cosa que le provoque ira o reprimir sus sentimientos por completo. Es posible que acumular ira sea la causa de que llegue a “explotar” cuando se encuentra frente a situaciones dificultosas –muchas personas describen este sentimiento como “estar rojo de ira”.
Mucha gente es capaz de mantener su ira bajo control, pero si siente incapaz de controlar su temperamento o si éste afecta a las personas que le rodean, debe consultar con su médico de cabecera.
Los efectos físicos de la ira afectan a su salud a corto y largo plazo. Pasar por periodos regulares e intensos de ira puede provocar problemas a diversos niveles :
• Digestión – puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la colitis ulcerosa (inflamación y úlceras en las paredes del intestino delgado), gastritis (inflamación de las paredes del estómago) o Síndrome del Colon Irritable.
• Sistema inmune –ser más propenso a infectarse por el virus de la gripe y recuperarse más lentamente de accidentes u operaciones.
• Corazón y sistema circulatorio – puede incrementar el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria del corazón o un derrame cerebral.
• Salud mental –puede provocar depresión, adicción, autolesiones, compulsividad y u comportamientos intimidatorios.
Si la ira le produce problemas es recomendable que siga un tratamiento, quizás incluyendo medicación.
La vida puede llegar a ser, en ocasiones, estresante, siendo muy fácil que la presión a la que estamos sometidos aumente. Debe intentar hacer pequeños cambios en su estilo de vida si sufre un problema con el manejo de la ira. Por ejemplo, una carencia de ciertos nutrientes le pude hacer sentirse irritable y débil. Trate de seguir una dieta sana y equilibrada, dormir las horas suficientes y darse a sí mismo placeres o recompensas por acciones, actitudes y pensamientos positivos.
Además, no beba alcohol en exceso ni tome drogas ilegales (especialmente estimulantes, como las anfetaminas y la cocaína) ya que incrementará el riesgo de desarrollar un problema a la hora de ser capaz de manejar su ira.
Incluso cosas sencillas como darse un baño relajante, un paseo o leer un buen libro le pueden ayudar. El ejercicio físico previene que la ira se acumule en su organismo y mejora su autoestima. Trate de hacer cosas que le diviertan y le entretengan, como bailar o practicar footing.
PROGRAMAS DE AYUDA
Existen programas y sesiones diseñadas para personas que sufren episodios aislados de violencia, o que tuvieron una actitud violenta en el pasado y ahora se sienten incapaces de realizar cambios en su comportamiento. Puede seguir un tratamiento individual o en grupo, que le ayudará a superar y vencer sus problemas de ira. Algunos programas duran unos días mientras que otros se alargan durante semanas o meses.
AYUDA PROFESIONAL
La terapia cognitiva-conductual es un tipo de apoyo psicológico que ayuda a cambiar su forma de pensar sobre ciertas situaciones y a comportarse y afrontar los problemas de otra forma. No se trata de centrarse en su comportamiento del pasado, sino en concentrarse en diversas formas de mejorar sus mecanismos para el futuro.
• Tranquilícese. Cuando comience a sentir que la ira comienza a crecer dentro de usted, pare y recapacite por un momento. Esto el dará tiempo para reflexionar sobre la situación y considerar cual es el mejor comportamiento para responder a la misma. Como se suele decir: “Respire hondo y cuente hasta diez antes de hablar”.
• Márchese. Si se siente tan furioso que no puede hablar o considera que puede ser violento con otra persona, lo mejor es marcharse de la situación. Trate de hallar qué le hace sentirse furioso y así sabrá cuando debe dejar la situación a un lado.
• Resuelva problemas del pasado. Esto es importante en todo el sentido de la palabra. Si se siente capaz de entender qué le hace sentir ira, podrá resolver temas pasados y prevenir que este sentimiento vuelva a acumularse en el futuro.
• Sea constructivo, no destructivo. Cuando se encuentra irritado por algo, controle sus emociones y cuente a la gente que se encuentra a su alrededor por qué está enfadado. Si habla tranquilo y calmado y realiza peticiones antes que exigencias, los otros respetarán sus argumentos y le escucharán.
Fuente: http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/psicologia/prepro_080013.html