miércoles, 13 de febrero de 2013

Tomaa el Control


Desarrollar un locus de control interno.

Lee las siguientes afirmaciones y contesta si estás de acuerdo o en desacuerdo con cada una de ellas.
1.                       Soy el dueño de mi destino.
2.                       Los fracasos significan, simplemente, que necesito esforzarme más.
3.                       Nunca culpo a los demás de mis problemas.
4.                       Cuando algo sale mal, pienso que no hice suficiente esfuerzo.
5.                       La constancia y el esfuerzo es la base del éxito.
6.                       El éxito depende de la suerte de cada persona.
7.                       El futuro del matrimonio y de una gran parte de las relaciones que tenemos, depende de tener la suerte de encontrar a la persona indicada.
8.                       Cuando las cosas me salen mal, siento que no vale la pena esforzarme más, porque las cosas no van a cambiar.
9.                       Hay personas que nacieron con buena suerte y otras que nacieron con mala suerte y esto determina su vida.
10.                    Una de las mejores formas de resolver un problema, es dejar que se solucione con el paso del tiempo.
11.                    La herencia determina la personalidad.
12.                    Infancia es destino
13.                    La principal razón de un fracaso, es que las circunstancias no eran favorables
14.                    Si alguien consigue un ascenso rápidamente, es porque le cae bien al jefe
15.                    No tengo ningún control sobre lo que la gente piensa o siente hacia mí.
Las primeras 5 afirmaciones, representan la manera de pensar de una persona que siente que ella es la que tiene el control de su vida.
Las otras 10, muestran la manera de pensar de alguien que cree que la suerte, las circunstancias, las otras personas, etc., son las que determinan sus éxitos o fracasos.

En el primer caso hablamos de personas que se responsabilizan de sus actos, de las consecuencias de los mismos y de sus emociones. 
Ellas reconocen ser la causa u origen de sus conductas y no culpan a los demás de sus sentimientos. 
Valoran positivamente sus logros y esfuerzo, acepten sus errores, tienen metas y trabajan para alcanzarlas.
Esto se llama locus de control interno, porque es la persona quién tiene el control de sus pensamientos, sentimientos y conductas y por lo tanto, de una gran parte de lo que les sucede.

En el segundo, las personas consideran que todo lo que les sucede es causado por algo externo a ellos: la suerte, el comportamiento de los demás, lo que vivieron en su infancia, etc., por lo que no pueden hacer gran cosa para cambiar su vida.
Esto se llama locus de control externo, porque sienten que no pueden controlar lo que sienten o lo que les pasa.
El control está fuera de ellos.

Cuando tenemos locus de control interno, sabemos que, aunque nos cueste trabajo o necesitemos buscar información o ayuda, podemos mejorar nuestra vida.

Cuando tenemos locus de control externo, que es aprendido desde la niñez, no nos sentimos capaces de solucionar nuestros problemas y terminamos, fácilmente, sintiéndonos víctimas, deprimiéndonos o viviendo enojados con el mundo, la suerte, Dios, etc.
El creer que no tenemos control sobre lo que nos sucede, nos provoca ansiedad.
Mientras más ansiosos estamos, nos sentimos más incapaces y con menos control, estableciéndose un círculo vicioso.

Para modificar esta situación, es importante que conozcas la relación entre nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, reconozcas cómo el miedo al cambio y alfracaso nos limita, cuál es tu nivel de autoestima y la importancia de ver las cosas con mayor optimismo.
Fuente: http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-ansiedad-2.html

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