lunes, 4 de febrero de 2013

Manejar nuestros Pensamientos


Detectar nuestros pensamientos.

Con frecuencia creemos que no pensamos nada o no nos acordamos de lo que pudimos haber pensado.
Pero es importante detectarlos, porque nos están haciendo sufrir.

Para ello podemos:
1.                       Hacer una lista de los sentimientos que tenemos en ese momento o sobre los que queremos trabajar.
2.                       En una hoja aparte, escribir una de las emociones de la lista anterior y abajo, en diferentes renglones, escribir:
"Me sentí __________, porque...
Repetir esta frase por lo menos 5 o 6 veces.
3.                       Una vez hecho esto, completar estas frases rápidamente, sin detenernos a pensar en la respuesta que estamos dando.
Otra forma de encontrar los pensamientos automáticos es escribir todo lo que creemos que pensarían otras personas en esa situación y analizar cada uno de dichos pensamientos, para ver si en alguna ocasión hemos pensado así. 




Analizar la veracidad de nuestros pensamientos.

La realidad es lo que sucede, es todo lo que existe y que puede ser verificado científicamente.
La realidad no es buena, mala, justa, injusta, etc., porque estas ya son valoraciones que dependen de las actitudes y valores de cada persona y cada quién califica una misma situación, de manera diferente.

Por ejemplo:
El que una persona me hable, es un hecho real.
Si me hablo feo, fuerte, con cariño, etc., es mi interpretación de ese hecho.
Lo que para mí puede ser feo, para otra persona puede ser normal o asertivo.

El problema es que el ser humano, no puede dejar de percibir e interpretar de acuerdo a su forma de ser, por lo que reacciona ante dichas interpretaciones.
Si piensa que le habló respetuosamente, probablemente responda de forma amable y tranquila.
Si cree que la otra persona fue agresiva, seguramente su respuesta será agresiva o por lo menos desagradable.

Esta interpretación, formada por nuestros pensamientos, es la que nos provoca muchas de las emociones negativas y de los conflictos que vivimos con los demás.
Por eso es necesario analizar los pensamientos que me hacen sentir o actuar mal, para modificarlos cuando sea necesario.

Una manera de checar la veracidad de nuestros pensamientos es preguntarnos:
"¿Que pruebas tengo para creer esto?"
"¿Puede haber otra explicación para esto que me está sucediendo?"
"¿Qué es lo que pensarían otras personas, de esta misma situación?"

Por ejemplo:
Si digo: "Me habló feo, porque está enojado conmigo".
Me puedo preguntar:
1.                       ¿Qué otras pruebas tengo, para comprobar que está enojado y que es conmigo?
Porque puede ser su forma de hablar, puede estar cansado o puede estar de mal humor, pero por algo que no tiene nada que ver conmigo".

2.                       ¿Absolutamente todas las personas que lo escucharan, pensarían lo mismo que yo?
Si no es así, si conozco a alguien que no lo haría, quizás estoy interpretando su tono de voz de una manera equivocada.
Si hacemos un análisis objetivo y estudiamos nuestro estilo de pensamiento y actitud (optimista o pesimista), podremos reconocer si nuestros pensamientos pueden estar equivocados.
En tal caso, lo adecuado es modificarlos y nuestra angustia disminuirá.

Fuente: http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/manejo-angustia.html

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